¿Te das cuenta de lo poco que nos queremos y lo mal que nos tratamos? Basta mencionar el término para que nuestra mente construya imágenes terribles acerca de los ovarios. ¡Pero si es el órgano más hermoso que ha podido hacer la naturaleza! ¡El lugar donde nace la vida! Y tenemos el privilegio de llevarlo dentro… ¿Por qué sugiere entonces connotaciones negativas?
Te animo a que veas el vídeo donde la matrona Sara León, experta en el tema, habla de algunas de las patologías ováricas más frecuentes. Y donde yo, por mi parte, explico brevemente el origen de algunas de ellas, que se encuentra en el inconsciente biológico.
Para que te sirva de guion, te contamos lo siguiente…
Sara León: salud genital
Como profesional y como mujer, Sara admite que estamos enfadadas con nuestros genitales. En mayor o menor medida, mostramos incomodidad, pudor, desagrado o resignación. Les hacemos caso (y no siempre) cuando dan señales de alarma; sin embargo, deberíamos adoptar justamente la actitud contraria: cuidarlos, apreciarlos, valorarlos… y evitar que necesiten llamar nuestra atención enfermando. ¿Qué tal si empiezas por conocerlos?
Observa la imagen e identifica:
- Ovarios.
- Trompas de Falopio.
- Útero.
- Cuello del útero.
- Vagina.
Fíjate: los ovarios aparecen señalados con el número 1, y de ellos nos vamos a ocupar porque en ellos anidan las células capaces de convertirse en un nuevo ser.
Esas células, los óvulos, contienen toda la información del genoma materno. Aproximadamente cada 28 días se libera uno; si no es fecundado, se desprende con la menstruación; si es fecundado por un espermatozoide, ahí empieza el embarazo.
¿Y qué pasa en los ovarios cuando no funcionan normalmente? En general, las consultas más habituales se deben a estas afecciones:
- Quistes funcionales (foliculares y líquidos). Suelen reabsorberse de manera natural, sin necesidad de tratamiento.
- Ovario poliquístico. Se caracterizan por la presencia elevada de folículos en los ovarios. Se diagnostica cuando se observan más de ocho, cuyo diámetro no alcanza los 10 mm.
- Síndrome del ovario poliquístico. Consiste en un trastorno de carácter endocrinológico, por una producción excesiva de hormonas masculinas. ¡Ojo! No confundir con el ovario poliquístico.
- Tumores benignos, como los adenomas o los teratomas. Estos últimos presentan la peculiaridad de que se forman en nuestra propia gestación y de que, al abrirlos, se han encontrado pelos, dientes o hueso.
- Cáncer. Se desarrolla cuando células tumorales malignas invaden estructuras ováricas.
En cualquier caso, que no cunda el pánico: vigila y consulta los síntomas, y recuerda que en ocasiones, los desajustes mencionados representan solo un obstáculo para la fertilidad, no un impedimento.
Patricia Bartolomé: salud emocional
Retomemos la pregunta anterior (“¿Y qué pasa en los ovarios cuando no funcionan normalmente?”) para darle una respuesta que, por cierto, no invalida la clínica, sino que la aborda en profundidad.
Sí, en profundidad, desde el fondo, ahondando en el origen… Porque todas esas patologías que describe Sara tan acertadamente y que recoge la literatura médica no constituyen en sí mismas el problema. En realidad, existe oculto un conflicto inconsciente, y la biología lo “resuelve” de ese modo. Por tanto, además de aplicar el tratamiento oportuno, habrá que indagar los posibles traumas emocionales que hay detrás y actuar ahí; al hacerlo, evitaremos que la biología busque “soluciones” por su cuenta y que no sean la que deseamos de manera consciente.
Cada alerta física remite a un sentido simbólico. Por ejemplo:
- Los quistes por acumulación de células germinativas se asocian con un instinto de supervivencia, con la necesidad de reparar la pérdida de un hijo mediante la creación de otro(s). Y esa pérdida puede ser propia (resultado de un fallecimiento o de un aborto) o heredada de una abuela, bisabuela, tatarabuela…
- Otros quistes revelan un matiz de desvalorización relacionado con la falta de capacidad de atraer al macho, bien para reproducirse (“No seré una buena madre para sus hijos”), bien para seducirlo (“Ya no le gusto”). En definitiva: revelan baja autoestima y sentimiento de culpabilidad. Enquistan emociones tóxicas.
- El ovario poliquístico, que provoca una dificultad para expulsar óvulos, representa simbólicamente el deseo de no madurar como mujer. O también el deseo de la seducción, al crecer en exceso el tejido e incrementarse la producción de estrógenos.
Es tanta la información que transmiten que te iré contando más detalles en otros vídeos y artículos, así como a través de los cursos y de mis libros. Ahora, quiero hacer hincapié en la importancia de tomar conciencia de que si los ovarios se quejan, conviene explorar y modificar las creencias y emociones inconscientes que lo originan. Escúchalos y aprende a aceptar tu naturaleza cíclica.
Para terminar, te propongo un ejercicio que te ayudará a reconciliarte con tu condición femenina. Prueba a completar el gráfico con significados positivos: