Ha llegado el momento en el que todo, absolutamente todo, me da igual.
Este post es sin duda en el que más guerrera me voy a poner y en el que más opinión voy a verter. Pero si sigues leyendo… estoy convencida de que pensarás lo mismo que yo cuando lo termines de leer.
En este texto quiero reflexionar contigo sobre los juicios, valoraciones y comentarios que recibimos casi a diario de otras personas y que sinceramente cada vez me importan menos.
Vengan de quién vengan (incluidos de mí misma jeje, ya ni me creo lo que pienso yo misma muchas veces, dejé de creerme con absoluta certeza todo lo que pienso hace un tiempo) y sea del tema que sea.
Afortunadamente, hay pocas cosas que alteren mi paz a estas alturas de la vida. Porque mi paz solo depende de mí.
A estas alturas no me afectan los juicios
Llega una edad en la que has recorrido ya un camino en el que te has encontrado tantas trabas, obstáculos y despedidas que poco puede alterarte ya.
Y sí, lo sé. El camino sigue y vendrán más problemas, y despedidas aún muy dolorosas, por supuesto. Y algunas me volverán a revolcar en el fango, obviamente, pero serán las menos y cada vez por menos tiempo. Serán las que realmente importen.
Después de traspasar el ecuador de los 40 ya he pasado por la pérdida de personas que quería con toda mi alma. Personas, algunas, que no deberían haberse marchado tan pronto.
He perdido mi trabajo y me he reinventado de cero hasta cuatro veces. La última afortunadamente para llevar a cabo, por fin, mi propósito de vida: ayudar a otras mujeres y parejas a descubrir otras posibles causas de sus problemas de infertilidad.
He tenido problemas graves de salud. He llegado a pesar 45 kilos. Me he desmayado, me han operado, me he visto morir… y hasta he resucitado.
Me he separado.
Me han engañado, me han defraudado, me han decepcionado y me han maltratado.
No sigo porque no se trata de hacer kilométrico este post, pero creo que ya vas pillando por dónde quiero ir.
En todas estas situaciones, he tenido que escuchar como me juzgaban, cómo me “aconsejaban” (y lo entrecomillo porque a veces deberían escucharse al hablar y dar ese consejo) y cómo tenía que enfrentarme a opiniones sin fundamento.
Hoy, estoy ya muy por encima de todo eso, y no por orgullo ni superioridad, sino por indiferencia.
Y aún no he hablado de mis problemas de fertilidad.
Porque ahí también he pasado lo mío.
¿Juzgada también por querer ser madre?
He sufrido 4 abortos. El último, el ectópico casi me lleva por delante. Y en todo la misma sensación de pérdida, desasosiego y tristeza, y solo pensaba en recuperarme para volver a intentarlo otra vez como enajenada.
He escuchado de personas muy cercanas frases como:
“¿Y vosotros qué, a ver si os animáis?” Tras haber tenido una pérdida.
“Se os va a pasar el arroz y luego va a ser imposible”, cuando tenía 37 años.
He vivido ingresos hospitalarios en los que ni me han mirado a la cara y cuando lo han hecho les faltaba decirme “vieja loca si es que te tenía que pasar algo así”.
En fin…
Lo pillas también, porque estoy convencida de que tú lo habrás vivido en primera persona en alguna ocasión.
Y a todos estos juicios externos, hay que añadir los internos. Porque nosotras, bueno las personas en general, somos los mayores y peores jueces con nosotros mismos.
Por eso, y aquí es donde viene mi reflexión y reivindicación, con todo lo que hemos pasado ya en la vida, sea en el área que sea…. hay muy pocas cosas que nos deberían sacar de nuestra paz interior.
A mí, casi nada, te lo aseguro.
Deja el juicio. Valora tu paz.
Poco, por no decir nada, me importa ya la opinión (en la mayoría de los casos poco informada) de los demás. Y cada vez soy menos auto-jueza también.
Porque si algo me han enseñado todas estas vivencias es a DEJAR EL JUICIO a un lado y eso, te lo aseguro, da una paz… tremenda.
Así que dime:
¿Cómo llevas tú los juicios?
¿No crees que va siendo hora de pasar de lo que digan los demás y dejarte también de juzgar?
Te leo en comentarios.
4 respuestas
me llamo Laura y soy terapeuta. ahora me encuentro en tratamiento de fertilidad tras un intento fallido que tuve, y bastante sola en este proceso. mis padres en especial mi padre es tóxico y parece que cada vez que me ve bien intenta socavar mi confianza y mi pareja no me valora lo suficiente ni se ha sumado al proceso en pareja, me apoya pero porque es mi proceso aparte. A veces el único sentido que le encuentro es poder ayudar algún día a mujeres que estén pasando x lo mismo y sufriendo tanta presión social, económica, psicofísica y emocional, la gente juzga mucho porque mucha gente es inconsciente de cojones, es infantil e inmadura es ingrata y hablar es gratis y decir estupideces igual. lo que mucha gente no sabe es que sus palabras le pueden venir en contra, que la vida da muchas vueltas y que sus mierda comentarios se los pueden acabar comiendo. y tengo que decir que a mí también me han dicho q se me iba a pasar el arroz pero es que he querido dar una solidez a mis hijos que mucha gente con 20 , 25 , 28 no está preparada y así luego estamos en consulta atendiendo a pobres niños sufriendo muchas barbaries. En fin. un abrazo
Hola Laura, eso es verdad, hablar es gratis… para bien y para mal, así que hablemos 😉
Gracias por compartir tu experiencia!!
Me llamo Isabel y te pasado por tratamientos de fertilidad desde los 42 años.hasta ahora que tengo 45 he pasado por una beta negativa y 3 bioquímicos con tratamientos con donacion de óvulos.el pasado febrero que fue mi último aborto bioquímico me dijeron que no iba a poder tener embarazos y posiblemente volvería a tener otro bioquímico si lo intentará y que tenía fallos de implantación
Hola Isabel,
El peor diagnóstico es el que nosotras mismas nos damos, que haya posibilidad de que ocurra algo no quiere decir que vaya a ocurrir, trabaja para cambiarlo y cambia esa creencia que tienes, es mi consejo… se puede!!!