Creo que con este post voy a chinchar a algunas lectoras, pero espero que tras leerlo, ese pequeño pique se convierta en conciencia y claridad, porque ese es el objetivo principal de este contenido: desarmar, con mucho cariño, los roles con los que nos identificamos y que nos impiden avanzar en la consecución de nuestro objetivo de quedarnos embarazadas.
Para conseguirlo necesitamos comenzar por algo fundamental, saber a que Team perteneces.
¿¡Víctima Queen o Controleitor Woman!?
Si tienes dudas de cual es el tuyo, sigue leyendo y te cuento cómo gestiona sus pensamientos cada una, estoy segura de que cuando leas el tuyo acabarás sonriendo y pensando:
¡Esa soy yo!
¡Pobre de mí! El impacto de la autocompasión mal entendida.
El rol de víctima es complejo de identificar y de soltar, porque en él se unen varios conceptos e interiorizaciones de problemas reales y no reales, un poco confusos.
Identificarse como víctima no es fácil, porque normalmente las personas victimistas se sienten así por agentes externos según ellas, y se preguntan contínuamente:
¿por qué me pasa esto a mí?
¿por qué tengo yo estos problemas?
¿por qué tengo tan mala suerte?
Y aunque es normal hacerse esas preguntas, el gran problema de este planteamiento negativo es que se vuelca la responsabilidad en un factor externo y en muchas ocasiones se acaba interiorizando que la vida está en contra y parece que está en deuda con ella.
Y eso no es así.
La vida no es justa o injusta para nadie, y la vida no le debe nada a nadie.
Por eso, enfocarse en ese bucle, en cierto sentido es cómodo, – siento si leer esto escuece un poco – porque es echar balones fuera y es no hacerse responsable de todo lo que supone vivir y responsabilizarse, con todo.
Llorar, quejarse, pedir atención a familiares, pareja y amigos…. el bucle de la victimización lleva a la frustración para acabar sintiéndote una vez más incomprendida, porque, claro, tú ya estás haciendo todo lo que está en tus manos y no hay nada más que puedas hacer, son los demás, es la vida, los que deben actuar de otra manera.
¿Realmente no puedes hacer nada más?
La respuesta a esta pregunta es la clave, porque tu rol de víctima solo va a dejarte ver una respuesta correcta: NO.
Pero un cambio de pensamiento abre posibilidades, abre esperanzas y hace posible cambios. Ese NO te deja esperando a que la vida haga justicia, y la vida no funciona así, la vida no nos debe nada, somos nosotras las que debemos vivir la vida.
Lo bueno de todo esto, es que los roles con los que nos identificamos en las etapas importantes de nuestra vida, no están escritos en piedra, es decir, se pueden modificar, con trabajo personal, paciencia y amor propio te puedes alejar del papel de víctima y adoptar uno acorde a tu verdadera realidad siendo responsable de ella.
Pero, igual lo de ser víctima no es lo tuyo.
Tú lo tienes todo bajo control, no hay nada en lo que no hayas pensado, planeado y tu mente es un tren de mercancías que siempre se anticipa para que nada le pille desprevenida.
Amiga mía, tú eres una “controleitor woman” de manual y si sigues leyendo, descubrirás algunas cosas que te pueden estar afectando a tu mente y a tu fertilidad.
La mente controladora: ¿fortaleza o prisión mental?
Si el perfil de víctima espera que la ayuda o reparación venga de fuera, la woman controladora cree que todo es responsabilidad suya y lo puede controlar todo.
Cuando la víctima pregunta ¿por qué a mí? y ¿por qué yo?, la controladora no para de preguntarse ¿qué tengo que hacer? ¿y qué más hago?
Dos caras de una misma carta con la que es difícil ganar una partida.
El estrés y el agotamiento mental de este perfil es extenuante, porque el control genera estrés, pero para estas mujeres no tener en sus manos el control, también es una fuente de estrés.
Son mujeres que siempre piensan que pueden hacer más, y dentro de ese algo más, más… y les cuesta dejar que las cosas fluyan, relajar su cuerpo y su mente.
Un desgaste que no lleva a ninguna parte buena.
Nuestro cerebro necesita entrar en un estado de ondas ALFA para estar sin actividad consciente, como cuando nos vamos a dormir y empezamos a dejar de sentir el exterior y nuestro cuerpo.
Y luego pasamos a Theta y si hay suerte a Delta, el sueño profundo y reparador.
Pero a la mente controladora, le cuesta llegar a un estado donde el descanso profundo se produzca, y con él, la reparación celular que tanto necesitamos para nuestra vida y para generar vida.
Agotadas de intentar controlarlo todo, poco a poco los días, los resultados y el cuerpo se acaba descontrolando, convirtiendo lo que en apariencia es una fortaleza, en una prisión mental.
Alejarse de estos roles supone afrontar la inseguridad y la incertidumbre.
La mujer que se victimiza no se siente segura para afrontar determinadas acciones que solo dependen de ella, y la mujer controladora no se siente segura dejando fuera de su control nada.
Entonces, ¿cómo escapar de estas dos versiones de un mismo miedo?
Libera tus pensamientos y supera los roles limitantes.
Uno de los problemas de estos comportamientos es la confusión que genera el “es que yo soy así” o “no puedo hacer otra cosa” que hemos escuchado toda la vida y que se suele confundir con la interpretación de un rol que nos ayuda a salir adelante de un problema en concreto.
Adoptas ese rol y los pensamientos acordes, porque en ese momento te ayuda y te mantiene a salvo de otras cosas, y eso está bien, tu mente y cuerpo funcionan inconscientemente para protegerte.
Pensamientos, interpretación y resultados están unidos.
Tanto es así, que los últimos avances científicos ya indican que existe una zona física en nuestro cerebro donde se unen mente y cuerpo y que estos se relacionan con las acciones.
Parece ciencia ficción, pero es la realidad.
“ Hemos encontrado el lugar en el que la parte de la mente más activa y orientada a objetivos, la Red de Acción Somato (cuerpo)-Cognitiva (mente), o SCAN. La red SCAN encaja con la interpretación de integrar objetivos y planificación con la acción de todo el cuerpo”.
Pero para que las redes neuronales y funciones biológicas funcionen a nuestro favor, hay que aprender a hacerlo de otra manera, dejándote sentir, intuir, saber de verdad y fluir, de una manera en la que después se pueda comprender de verdad.
En esa verdad, es cuando te sientes tú misma.
Da igual si eres una “Víctima Queen o una Controlator Woman”, tú y yo sabemos que ambas pueden ser agotadoras y ¡Te lo dice una controladora absoluta que solo me ha faltado en algunos momentos de mi vida irme al aeropuerto a controlar el tráfico aéreo!
Si tu objetivo es quedarte embarazada y aún no lo has conseguido, ¿por qué no trabajar en ello dejando al margen roles que opacan tu autenticidad?
Si quieres saber cómo cambiar esta programación, alejarte de bucles agotadores y conocer cómo protagonizar el papel principal en tu vida, el entrenamiento mental 100×100 puede ser esa herramienta que necesitas para poner freno a esos pensamientos y comenzar a gestionarlos sanamente.
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